de José Luis Antonio Sauma Castro

Con el panorama expuesto en mi contribución anterior en @M50 ahora en oportuno aventurarnos en los ¿Qué? y los ¿Cómo?…, inicio con el más elemental, ¿qué podemos hacer?, podemos exigir, participar, acompañar, sumar y fortalecer a nuestras instituciones, bajo un escrutinio y vigilancia ciudadana, quizás convendría fijarnos metas asequibles, no en mucho, en nuestro entorno inmediato que, multiplicado en toda la ciudad ya es mucho y es que, no se trata de pedir que se haga lo que no se tiene recursos para hacer sino de vigilar que se hagan las cosas bien, porque lo cierto es que en poco ayuda ver una avenida con pavimentos nuevos que han pasado hasta la prueba del “ácido político”, si al recorrerlas ponemos incluso en riesgo la vida, y es que  ¿qué hay de la señalización?, ¿qué hay con los límites de velocidad?, ¿qué hay de las banquetas (transitables y no simulaciones)?, ¿qué hay de las rampas?, ¿qué hay de los aparatosos paraderos de transporte público (o debería decir anuncios espectaculares)?, ¿qué hay de los miles de obstáculos y trampas a los que están expuestos los peatones?, ¿en verdad no lo ven nuestras autoridades?, ¿debemos resignarnos a estas condiciones?,  me parece que no, creo que nos merecemos una ciudad de premios y reconocimientos pero no por los discursos y planes que se presenten en diversos escenarios en todo el mundo sino por lo que vivimos a diario en nuestros espacios públicos.

Av Andres García Lavin, Mérida, Yucatán.

¿Qué podemos hacer?, bien, me parece que mucho, empecemos por dar el primer paso, el que depende solo de nosotros, respetemos nuestro espacio público. Es lamentable que cada vez con mayor desenfado nos apropiamos y permitimos, con nuestra complicidad, que se apoderen del espacio público, invadiendo un pedazo para completar el espacio que necesito para guardar el auto, invadiendo un espacio para colocar el letrero o mobiliario de mi pequeño negocio familia, subiendo el auto a la banqueta para que no lo vayan a chocar, adornando el frente de la casa con unas bellas e inmensas macetas que seguramente serán la envidia de mis vecinos, permitiendo que la maleza invada la banqueta, es decir, empecemos por recuperar nuestra calidad moral para exigir, salgámonos de la complicidad de hacer lo que no está bien con la excusa de que la autoridad tampoco hace nada, de esta manera estaremos dando un muy buen primer paso.

Colonia Itzimná, Mérida, Yucatán.

 

 

 

 

Colonia Centro, Mérida, Yucatán.

¿Por dónde seguir?, sigamos por exigirle a la autoridad que sea firme y que se apliquen las leyes, normas y reglamentos, ya estuvo bueno de planear, discutir, tirar rollos y discursos, es tiempo de que las sanciones se apliquen donde deban aplicarse, en Mérida está reglamentado el uso de la publicidad, la limpieza de los baldíos, la construcción de las banquetas, pese a todo esto los casos de incumplimiento se repiten por toda la ciudad a vista y paciencia de la autoridad y los ciudadanos, por conveniencia o porque “que más se puede hacer”, preferimos no hacer algo para evitarlo, como aquella otra analogía de la ventana rota (esa si mejor la busca y la leen, vale mucho la pena su enseñanza).

Fraccionamiento Montecristo, Mérida, Yucatán.

Y ya entusiasmados y decididos a mover a México porque no nos seguimos con abrir las finanzas municipales, sería muy útil conocer y opina respecto a temas muy específicos que nos permitan entender a todos como encontrar alternativas de financiamiento que solventen, en su caso, lo requerimientos de recursos para ejecutar obras que sean funcionales para todos.

Esta a la vista la gran cantidad de desarrollos comerciales, habitacionales y de servicios que han encontrado en nuestra ciudad un nicho de oportunidades y que han decidido apostar su futuro económico y muchas veces familiar en Mérida, estoy convencido de que, si no todos, la mayoría de estos inversionistas tiene el deseo de ver mejorar a la ciudad en donde están invirtiendo y seguramente sus impuestos ya estén siendo aplicados en las obras de urbanización (aunque a decir verdad este es un tema que para la mayoría de los ciudadanos no es fácil de dilucidar) pero debe transparentarse la vinculación del impacto-beneficio.

Prolongación Paseo de Montejo, Mérida, Yucatán.