de David Montañez Rufino

¿Qué pasaría si las calles fueran para las personas en lugar de para los automóviles?, ¿quebrarían los comercios?, ¿habría un caos vial?, ¿las tiendan venderían menos y la economía colapsaría?

Lejos de lo que muchos en Mérida pudieran pensar, sucedería todo lo contrario.  “Peatonalizar” las calles, es decir, recuperar este valioso espacio público a favor de las personas, favorecería la movilidad, generaría un entorno más humano y contribuiría a detonar la economía de la zona, pues el comercio, el turismo y el simple hecho de “salir a pasear la ciudad”, se hace a pie y no desde el interior de un auto.

Ejemplos exitosos, en el mundo, hay muchos. Los países más desarrollados han comprendido la necesidad de mover personas en lugar de vehículos. El modelo americano de grandes inversiones en infraestructura vial, los famosos “highways” o autopistas, han probado ser insostenibles, costosos e ineficientes. Las ciudades sustentables apuestan por favorecer los corredores peatonales y ciclistas, muy por encima de ensanchar calles, lo cual solo genera mayor dependencia al automóvil.

En Copenhague, capital de Dinamarca, el 45% de la población llega a su trabajo o escuela en bicicletas. Dinamarca es uno de los países con mejor calidad de vida en el mundo, así que la bicicleta no es para las clases sociales bajas, lo cual rompe un paradigma absurdo en el que creemos muchas ciudades mexicanas. ¿Cómo lo lograron? La calle principal de Copenhague se transformó en peatonal desde 1962, desde entonces esta ciudad ha apostado por espacios urbanos para las personas y estrategias de movilidad no motorizada.

Otros ejemplos exitosos son el corredor de Baana en Helsinki (Finlandia), que se inauguró en 2012, producto de una consulta popular que decidió generar un espacio ciclista y peatonal, con áreas verdes y equipamientos al aire libre. Finlandia está preparando un plan de transporte intermodal para que en 2025 la gente no use más autos.

En Alemania sucede algo similar, Hamburgo trabaja actualmente en el proyecto Green Network para lograr que en el año 2020 las personas no se trasladen en autos, sino a través de áreas verdes con caminos peatonales y ciclovías. Holanda y Suiza tienen apuestas similares. Escocia alberga una de las calles peatonales más famosas, Buchanan Street, que reúne restaurantes y joyerías, así como la mayor concentración de tiendas de la ciudad, como Prada y Gucci.

Buchanan Street, situada entre Sauchiehall Street y St Enoch Square.

La calle Cat Street, en Tokyo, atrae interesados en la moda y ocio a través de un corredor bohemio hecho para la expresión y sociabilización de las generaciones jóvenes. En España, la Gran Vía de Madrid se reconfiguró a partir del primero de diciembre de este año para dar protagonismo a los peatones, los residentes y el transporte público. Se destinarán 5,400m2 más para los peatones, con carril para el transporte público, taxis y motos; y otro para los coches y las bicicletas.

Para comprobar que en Latinoamérica, incluso en México, también es posible, la Calle Madero en la Ciudad de México renovó en abril de 2010 la imagen urbana, movilidad, accesibilidad y equipamiento de esta importante calle de la capital para hacerla peatonal.

Peatonalizar las calles no es sencillo, ni estará libre de controversia. En muchos países, Dinamarca incluido, se tuvo que recurrir a cierres temporales, con excusas como la navidad u otros festivales, para enseñar a la población los beneficios del cambio. Al inicio, al igual que aquí, los comerciantes temían afectación para sus negocios. Hoy, estas ciudades tienen extensas redes peatonales llenas de compradores, cafeterías, tiendas y vida urbana.

¿Y el clima? Muchas ciudades ciclistas en el mundo han tenido que vencer obstáculos naturales más agresivos que en Mérida, como la nieve o superficies montañosas. Mérida tiene la ventaja de ser una ciudad plana, con gran potencial de ser peatonal y ciclista si logramos la infraestructura adecuada, árboles, sombras y, sobre todo, estrategias y cultura de movilidad.